Nochecita de verano en Oktober
- depintasporba
- 16 feb 2016
- 2 Min. de lectura

Un jueves de mucho calor, salimos de cursar una buena cantidad de horas en la facultad y quisimos ir a tomar una cerveza a algún lugar más simple, más relajado y, así, sentirnos como en casa. Caímos en Oktober, un barcito pequeño y pintoresco ubicado en las calles Laprida y French, en el barrio porteño de Recoleta.
Su carta se basa en comidas rápidas pero bien polenta como: pizzas, hamburguesas, ensaladas, waffles, sándwiches y sus llamados “appetizers” que incluyen delicias como papas rústicas, papas con cheddar, rabas, mozzarellas fritas, alitas de pollo, entre otros. También tienen varios postres y opciones para desayunar o merendar. A estos platos se le suman la lista de tragos que solemos ver en todos los bares, cervezas envasadas como Heineken o Amstel y, lo mejor, cervezas tiradas artesanales y porrones de cervezas importadas como Guiness, Galicia, Sol, Kunstman y muchas más.
Los precios son muy accesibles, la mayoría de platos ronda entre los $90 y $120 y sus porciones son rendidoras. Los tragos y cervezas cuestan aproximadamente $80 y cuentan con promociones muy piolas como, por ejemplo, jarra de litro de cerveza tirada y platos de papas rústicas a $99. Algo que nos encanta, acompañar la cerveza con maní y Oktober se suma a los bares buena onda que te regalan el platito de maní con cada una que compres.
Pedimos la promo: jarra de cerveza artesanal roja y papas rústicas (y maní). Nos trajeron los vasos fríos sacados de la heladera, la jarra con la cerveza muy fría también, el maní y luego el plato de papas. La cerveza era de un color rojo intenso y opaco, su sabor era muy parecido, para que se den una idea, a la Patagonia colorada: bien dulce al principio y amarga de golpe al final, aunque más opaca y su cuerpo más espeso. Luego, pedimos la rubia y un plato de rabas, ya que la mujer que atiende nos comentó que eran buenísimas y que no podían parar de comerlas en la cocina. La cerveza estaba espectacular: de color dorado, espesa y con un aroma tan rico que te invitaba a probarla. Con respecto a las rabas, la moza no se equivocó: ¡riquísimas! Eran finitas, crocantes y venían acompañadas de un dip espectacular a base de queso crema.
El local es chico y tiene pocas mesas. En verano sacan algunas a la vereda porque adentro hace demasiado calor. Como es una esquina linda y muy tranquila es algo que se disfruta mucho. No suelen poner música, lo cual contribuye a esa tranquilidad y a largas charlas entre amigos. Un plus: es muy, muy limpio y la comida es de excelente calidad. Un ejemplo que nos llamó la atención: las papas no chorrean aceite, son blanquitas, están en el punto crocante justo ¡y aun así no tienen demora!
Oktober es una excelente opción para esos días en que no querés quedarte en casa pero tampoco salir a todo trapo. Les dejamos la info para pasar a visitarlo:
Oktober Pub
Esq. French y Laprida
Recoleta – CABA
5900-3980
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